No es para asustarse, pero sí para tomar ciertas precauciones. Es una realidad de que luego de un año intenso, con mucho trabajo, obligaciones, presión y estrés, es muy probable que tu cuerpo lo manifieste de algún modo.
La manera en que nuestro organismo somatiza el estrés puede tomar muchas formas. Desde afectar nuestras emociones, nuestro humor, y volvernos irritables, hasta provocarnos consecuencias más serias.
Perdida de apetito, trastornos del sueño, taquicardia, problemas gastrointestinales, contracturas, migraña, mareos, entre otros síntomas que pueden jugarnos una mala pasada y afectarnos la salud.
Como es muy importante detectar tempranamente cualquier tipo de sintomatología, a continuación te contamos sobre las señales que puede enviarnos nuestro cuerpo para poder actuar a tiempo.
¿Por qué mi cuerpo reacciona de esta manera frente al estrés?
Muchas veces nos guardamos el estrés y seguimos adelante, y si bien puede haber muchos motivos para hacerlo; como evitar conflictos porque tenemos un cargo con mucha responsabilidad, o porque necesitamos el dinero y trabajamos de más.
También puede suceder que no tengamos otra alternativa, o que lo que hagamos sea una elección personal que nos esté haciendo crecer, o porque somos cuidadores de una persona con discapacidad o de un adulto mayor, entre muchas otras razones.
Si bien todos los motivos son válidos, lo cierto es que guardarnos el estrés al principio puede funcionar, pero luego toda esa presión por algún lado tendrá que escapar, y de acuerdo con nuestra personalidad y factores físicos, las señales de alerta comenzarán por uno u otro lado.
Datos Curiosos sobre el estrés
El estrés actúa en nuestro cuerpo como una señal de peligro: Activa un mecanismo de defensa que nos pone automáticamente en alerta, como si nos estuviese por suceder algo peligroso. Si esta actitud de tensión se sostiene en el tiempo, el cuerpo podría colapsar junto con nuestra mente y órganos.
El estrés puede hacernos perder la memoria
Estar muy nerviosos o bajo presión por un tiempo prolongado puede provocarnos trastornos en el sueño, como pesadillas o insomnio.
No dormir adecuadamente evita que nuestro sistema nervioso realice ciertos procesos nocturnos que ejercitan y trabajan nuestra memoria. Si nuestro cerebro no está bien, nosotros tampoco lo estaremos.
Afecta el corazón
La Sociedad Americana de Cardiología indicó que las personas con un alto nivel de estrés tendrían un 27% más de riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular, tener hipertensión arterial y/o colesterol alto que las personas que se mantienen más tranquilas o manejan el estrés.
Provoca infertilidad
En este sentido, las mujeres se verían más afectadas que los hombres pues impactaría en la calidad de los óvulos, o problemas de implantación en el útero.
En el caso de los hombres, podrían sufrir de impotencia sexual y una disminución significativa en la testosterona.
Existen dos clases de estrés: el estrés POSITIVO y el estrés NEGATIVO
El estrés positivo es el natural, y es el que está asociado a todas aquellas cosas que nos hacen crecer. Como desafíos laborales, estudios, exámenes, viajes, hijos, pareja, etc.
Son situaciones y momentos de la vida con pequeñas crisis, pero que en definitiva son resultado de nuestras elecciones personales que tendrán resultados favorables para nuestra vida.
En caso contrario, el estrés negativo es aquel que nos va socavando la salud y que puede ser muy riesgoso si no actuamos a tiempo. Si bien ambos están diferenciados, para nuestra salud significan un riesgo por igual.
Síntomas más frecuentes del estrés
Si tienes alguno o más de estos síntomas, quizá tu cuerpo te está enviando algunas señales a las que debes prestar atención, pues el estrés podría estar afectando tu salud.
- Latidos cardíacos rápidos
- Migrañas
- Contractura en el cuello y/o en los hombros.
- Dolor de espalda
- Respiración agitada y difícil de controlar
- Sudor en las palmas de las manos
- Sensación de malestar estomacal como náuseas o diarrea crónica
- Irritabilidad emocional e intolerancia ante las situaciones más mínimas
- Sensación de tristeza o frustración
- Sensibilidad excesiva y llanto
- Nervios y agotamiento pese a haber descansado
- Dificultad para concentrarse y focalizar en algún tema
- Extrema preocupación por cosas sin mayor importancia
- Desmotivación, autoestima baja
- Pensamientos negativos y pesadillas
- Sensación de estar perdiendo oportunidades por estar tomando malas decisiones
Consejos para combatir el estrés
En Theramart nos interesa mucho que estés bien, e incluso pretendemos que puedas estar cada día mejor. Por lo que vamos a dejarte algunos consejos para que puedas aliviar un poco la presión que vienes sintiendo, y que te servirán para comenzar a trabajar de a poco en tu bienestar.
- Enfrentar al estrés nos hará sentir mejor, esto significa dejar de acumularlo y hacer algo para eliminarlo de nuestra vida. Alimentarnos y dormir bien, tener horarios establecidos y poner un freno a la cantidad de horas de trabajo y obligaciones, serían los principales objetivos.
- Reconocer aquellas cosas que no se pueden cambiar. Si bien es cierto que es una tentación luchar contra los molinos de viento, hay individualidades que nunca podremos cambiar, es una lucha vana que nos quita fuerzas. ¿Conoces la canción Déjalo Ser (Let It Be)?
- Intentar cambiar de perspectiva cuando es posible. Sabemos que es imposible tomarse siempre la vida con optimismo, porque hay situaciones que parecen no tener un lado bueno. Sin embargo, es útil entender que en la vida siempre van a surgir desafíos y que no siempre podremos salir victoriosos.
- Buscar métodos de relajación para poder reducir algunos síntomas. En Theramart encontrarás una completa línea de productos diseñados para aliviar contracturas, dormir mejor y estar más cómodos en nuestra vida cotidiana.
- Conectarse con amigos y seres queridos. Tener alguien con quien conversar y compartir nuestros miedos y preocupaciones nos permite tener una opinión ajena y puede ayudarnos mucho a sentirnos mejor. La gente que nos aprecia puede aliviar profundamente nuestro estrés.
- Aprender a decir que no. Si estamos desbordados de trabajo o de obligaciones, o no tenemos ánimos de ir a ningún sitio porque estamos incómodos o cansados, tenemos que aprender a decir que no, sin importar lo que los demás piensen u opinen. Dejar de hacer las cosas que no queremos por compromiso o por el qué dirán nos quitará un enorme peso de nuestra espalda.
¿Te ha resultado de utilidad este artículo? ¿Crees que te ayudará a interpretar las señales de tu cuerpo debido al estrés acumulado de fin de año y poder actuar a tiempo?
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