Dicen que los accidentes ocurren en un abrir y cerrar de ojos. Y pueden sucederle a cualquiera: desde niños pequeños hasta jóvenes o adultos y también, desafortunadamente, a personas mayores.
Las caídas ocupan cerca del 80% de la frecuencia de accidentes en los hogares de adultos mayores y 20% en centros de asistencia.
Una caída es justamente eso: un accidente. Y para un adulto mayor puede ser un problema serio de salud sin retorno, que lo termine condenando a la inmovilidad y a la postración.
Pero, ¿cuáles son las situaciones de riesgo más frecuentes que ocasionarían la caída de un adulto mayor? A continuación las mencionamos.
1. Por las condiciones de casa
Tras una caída, las estructuras más lesionadas suelen ser cadera (50%), cabeza y cara (24%), mano (10%), hombro (9%) y tobillo (9%).
Como en cualquier hogar, en el espacio donde vive un adulto mayor se encuentran muebles y objetos que quizá lo han acompañado durante años. Y lo que en su momento fue un objeto decorativo ahora puede ser un riesgo latente.
Es decir, si un pasillo no está lo suficientemente despejado, se corre el riesgo de que la persona tropiece con algún objeto, o si los compartimentos de un mueble de cocina no están del todo iluminados, puede ocurrir que el adulto se pegue en la cabeza y de ahí caiga.
Lo mismo sucedería si zonas como el patio, el baño o las escaleras no están iluminadas o no cuentan con la infraestructura necesaria para la funcionalidad de una persona mayor (barandales, respaldos, piso antiderrapante).
2. Por su condición de adulto mayor
Las caídas en pacientes mayores de 75 años ocurren más frecuentemente en mujeres que en hombres, en una relación de 35 casos del sexo masculino por cada 43 del femenino.
Debido a su edad y condiciones de su salud, es probable que los adultos mayores presenten cierta debilidad en su cuerpo, así como alteraciones al caminar y mantener el equilibrio, lo cual sería otro factor de riesgo para las caídas.
Quizá la persona no tenga la fuerza suficiente para actividades que antes podía hacer, como caminar o bañarse.
De hecho, las caídas forman parte del llamado ‘síndrome geriátrico’. Se trata de una serie de cuadros que suelen presentarse con frecuencia en la salud del adulto mayor y que podrían desencadenar algún tipo de incapacidad funcional o social.
3. Por enfermedad
Se sabe que la demencia elevaría al doble el riesgo de una caída en el adulto mayor.
Si bien es cierto que determinados malestares afectarían al adulto mayor con más frecuencia que otros grupos, aquellos que deterioran la calidad de vida pueden dar pie a alguna caída.
En el caso de esta población, hay que poner especial atención a los males del tipo osteoarticular (artritis, artrosis, osteoartritis), cardiovascular (hipertensión, insuficiencia cardiaca, arritmia) o neuropsiquiátrico (demencia, Alzheimer, depresión).
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4. Por medicación
Tan sólo en Estados Unidos, el impacto económico por fracturas de cadera está valuado en 2 billones de dólares al año.
Es importante revisar qué enfermedades padece el adulto y los fármacos que está ingiriendo para tratarlas. Su médico necesita estar al tanto de si alguna pastilla le está ocasionando otros problemas.
Atención especial merecen los narcóticos, hipnóticos, ansiolíticos, antidepresivos y diuréticos, entre otros, pues algunos de ellos podrían generar confusión o mareos en el adulto y así ocasionar una caída.
5. Por lo que llevan puesto
De los adultos mayores que sufren una caída, entre el 20 y 30% llega a presentar lesiones moderadas o graves, como hematomas, fracturas de cadera o traumatismos craneoencefálicos.
Un adulto mayor requiere de cuidados especiales no sólo en su salud y en el hogar, sino también en lo que elige para vestir.
Una caída puede ocurrir si es que la persona no cuenta con el calzado adecuado (zapatos, pantuflas, chanclas), no lleva gafas o quizá una bata o prenda pueda atorarse con algún objeto externo y así provocar una caída. Por fortuna, es algo que claramente puede prevenirse.
6. Por las secuelas de una caída anterior
Las consecuencias de una caída pueden ser inmediatas (lesiones en cadera, fémur, húmero, muñecas y costillas) y/o tardías (limitación funcional que puede llevar a la inmovilidad).
Esto forma parte del llamado ‘síndrome postcaída’, que se caracteriza por un miedo de la persona a volver a caerse, lo cual puede terminar en aislamiento y depresión.
Se sabe que los adultos que caen y permanecen en el suelo más de una hora pueden presentar deshidratación, infecciones, trastornos psicológicos e incluso hipotermia.
Si bien es cierto que varias de estas lesiones pueden ser tratadas, muchos de los accidentes ocurridos con adultos mayores podrían evitarse. Da clic aquí y aprende cómo prevenir caídas en el hogar o centro de asistencia.
La seguridad, ante todo
Sí, los accidentes pueden ocurrir en un abrir y cerrar de ojos. Por ello, hay que prevenirse lo más posible, con la ayuda de la información y el trabajo coordinado.
Las caídas pueden ser un verdadero problema para los adultos mayores y su calidad de vida podría verse comprometida. Se sabe que algunos casos han tenido consecuencias fatales.
De ahí la importancia de ir un paso adelante en su seguridad. Después de todo, los adultos mayores se merecen nuestra protección.
Excelente!
Muy buena la pagina y seria muy bueno que los influezer tengan conocimientos Medicos como Monterrosa que se le puede creer a pie juntillas