Guía para el cuidador: Alimentación asistida del paciente dependiente


La alimentación es una parte medular para la sobrevivencia. Y en el caso de los pacientes con dependencia, es fundamental complementarla con una serie de hábitos saludables que le aporten un equilibrio y así evitar complicaciones en su calidad de vida.

Todo cuidador conoce los retos que representa la alimentación de un paciente dependiente, que van más allá de ofrecerle una dieta balanceada. Puede ocurrir que no quiera comer o presente ciertos problemas para hacerlo adecuadamente. ¿Qué hacer en estos casos?

Desde Theramart hemos preparado la siguiente guía que podría ser de gran utilidad para los cuidadores. Toma nota:

¿Qué hacer si el paciente requiere de asistencia para alimentarse?

Puede ocurrir que tu paciente requiera de tu ayuda para comer. Para asistirlo en este proceso, se requiere de la mayor cantidad de cuidados necesarios. Prueba lo siguiente:

  1. Crear un ambiente de comunicación para que el paciente se sienta lo más cómodo posible al indicarle que ha llegado la hora de comer. Procura que coma en un lugar siempre limpio, iluminado y tranquilo.
  2. Explicarle cómo será el procedimiento y los alimentos que se consumirán.
  3. Lavarse las manos y asistir al paciente para hacer lo mismo.
  4. Acomodarlo para que quede semisentado.
  5. Colocar la mesa con la bandeja al alcance del paciente para su mayor comodidad.
  6. Dar el tiempo suficiente para la ingesta.
  7. Estimular la ingesta y, con mucha paciencia, administrar cantidades pequeñas.
  8. Al terminar, retirar la bandeja y los instrumentos utilizados.
  9. Realizar aseo bucal y de manos.
  10. Mantenerlo semisentado al menos por una hora para evitar una broncoaspiración (aspiración accidental de sólidos o líquidos por la vía aérea).

Cuando el paciente presenta dificultad o dolor al tragar

En caso de disfagia y odinofagia, el proceso llevar líquidos y alimentos al estómago requiere mayor tiempo y esfuerzo. Puede deberse a que los alimentos se están consumiendo demasiado rápido o no se mastican lo suficientemente bien. Considera lo siguiente:

  • Si está en cama, procurar incorporar a la persona hasta que tenga un ángulo de 60 grados entre las piernas y el tronco.
  • Vigilar que cabeza y tronco siempre estén bien alineados.
  • Procurar que el paciente no esté hablando al comer, para evitar algún atragantamiento.
  • No mezclar alimentos sólidos con líquidos y adaptarse lo más posible a los gustos del paciente.
  • En la medida de lo posible, dejar que la persona coma sola, pero siempre con la supervisión del cuidador.
  • Procurar que coma siempre a la misma hora, para que no se encimen sus horarios de sueño y eso le haga masticar cansado.
  • Apoyarse en utensilios como vasos con recorte o con filtros para regular la cantidad de líquido que se introduce en la boca.
  • Detectar síntomas que no necesariamente están relacionados con el dolor al tragar, como babeo, voz ronca, regurgitación, acidez estomacal, adelgazamiento repentino, si el paciente utiliza dentadura postiza o ha perdido algunos dientes o muelas.
  • Cortar los alimentos en trozos más pequeños.
  • Permitir que el adulto consuma los alimentos a su propio ritmo.
  • Mantener niveles adecuados de hidratación y nutrición.
  • Apoyarse en un experto en la salud para descartar algún problema mayor, como tumores, estrechamiento de laringe, infecciones o lesiones vasculares.

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¿Y si rechaza la comida?

En algunos casos el enfermo puede presentar hiporexia (falta de apetito). Se trata de una disminución en sus ganas de comer y podría deberse a que su cuerpo ya no necesita ingerir tantas calorías, pues sus necesidades físicas ya no son tan altas. Sin embargo, hay que tomar medidas para evitar la desnutrición. Considera lo siguiente:

  • En la medida de lo posible y sin sacrificar su bienestar, evitar ciertos alimentos que no le gusten o le resulten difíciles tragar.
  • Controlar la ingesta de calorías que consume el paciente y repartirlas en 5 o 6 tomas con poco volumen o cantidad.
  • Apoyarse en un experto en la salud para evaluar si la hiporexia se presenta como síntoma de alguna otra enfermedad, ya sea física o mental.
  • Tomar en cuenta la situación actual del paciente. Quizá en los últimos tiempos ha permanecido más aislado, con menos actividades, sufriendo la pérdida de algún ser querido o estando lejos de casa (en algún hospital o residencia).

Existen también algunas técnicas de alimentación y trucos para abrir el apetito. Toma en cuenta lo siguiente:

  • Darle alimentos de fácil masticación y que no estén muy calientes (la comida a una alta temperatura sacia más).
  • Incluir alimentos que le gusten o se le antojen (que sean saludables y con previa autorización del médico).
  • Darle la comida nada más le apetezca aunque esté fuera del horario establecido.
  • Servirle alimentos que le aporten mucha energía, para aumentar el valor energético del plato sin aumentar la cantidad de comida a ingerir. 

 Si eres cuidador de un paciente con privación sensorial, no te quedes sin leer esta GUÍA PARA ACOMPAÑAR Y AYUDAR A UN PACIENTE QUE NO VE O NO ESCUCHA

¿Cómo actuar cuando tiene problemas de deglución? 

Hay ciertos alimentos muy nutritivos que pueden ayudar en estos casos y garantizando una nutrición e hidratación adecuadas. Toma en cuenta lo siguiente:

  • Adaptar la textura de los alimentos sólidos y líquidos para una alimentación segura.
  • Para lograr que ingieran suficiente líquido, una buena opción es la gelatina.
  • PREFERIR: Jugos espesos, mantequillas, queso cottage, helados de crema, flanes, omelettes, panes, tostadas, cereales cocidos, panes o galletas sin nueces ni pasas, pastas para sopa, verduras suaves hervidas o en puré, frutas suaves sin pepitas ni piel, plátanos maduros, albóndigas, carne picada con salsas, salsa de carne y pescado suave y sin espinas.
  • EVITAR: Grumos y espinas, jugos de consistencia fina, leche, café, infusiones, huevos con poca consistencia, galletas saladas, arroz o cereales secos, pan tostado, pan blanco suave, frutas y verduras crudas, patatas fritas, carnes secas o a trozos, galletas secas, postres con pasas, nueces, pepitas o coco, caramelos duros y chocolate.

Vidadecuidador

Velar por un paciente dependiente es un desafío que día a día deja grandes aprendizajes. Su alimentación es un universo de variables que deben considerarse para su correcta atención.

De la mano de la información, los cuidadores pueden lograr que sus pacientes alcancen un balance dietético y todo lo que se necesita para una salud lo más plena posible.

 Esperamos que esta guía te haya sido útil y recuerda siempre apoyarte en toda la información disponible a tu alcance para el mejor cuidado de tu dependiente. 

Si quieres seguir leyendo sobre el tema, aquí te compartimos una guía práctica con consejos para acompañar a pacientes que no ven o no escuchan. 

Abraham Monterrosas Vigueras

Psicólogo clinico y periodista digital enfocado en temas de desarrollo humano, estilo de vida, tendencias y bienestar

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