Dicen que la paciencia tiene un límite, pero, cuando somos responsables del cuidado y de la salud de un familiar, será necesario ejercitar la tolerancia más allá de nuestras capacidades.
¿Estás cansado e irritable? Entonces, podrías estar sufriendo del Síndrome del Cuidador Quemado, y uno de sus síntomas es perder la paciencia rápidamente. Esto puede deberse al exceso de responsabilidades, tener pocas horas de sueño, el agotamiento físico, entre otros factores.
¿Existe algún modo de canalizar nuestro malestar y no enojarnos con quienes nos rodean, especialmente con aquellas personas que no pueden valerse por sus propios medios y nos necesitan?
A continuación, te dejaremos algunos consejos que te ayudarán a controlar la irritabilidad cuando tienes familiares a cargo.
¿Cuidas de un familiar a tiempo completo?
En este artículo nos referiremos a personas que cuidan a sus seres queridos, como padres, hijos, hermanos, suegros, etc. Cuidadores que si bien lo hacen con mucho cariño, también lo hacen sin remuneración, sin descanso, y muchas veces sin los recursos necesarios ni la infraestructura adecuada.
Por eso es importante comprender que la situación puede complicarse y resultar de alto estrés para un cuidador. Y más cuando los pacientes padecen de patologías complejas; como discapacidad funcional, enfermedades neurodegenerativas, terminales, entre otras.
Pese a este panorama, el cuidador trata de seguir adelante, intentando sobreponerse a todo tipo de obstáculos. Sin embargo, es probable que el cuerpo en algún momento le pase factura y tenga que prestar atención a algunos síntomas.
¿Qué es el síndrome del cuidador sobrepasado?
En 1974, el psicólogo estadounidense Herbert Freudenberg utilizó esta expresión para diagnosticar el agotamiento que presentaban las personas dedicadas a cuidar adictos a las drogas.
Tres años después, la psicóloga Cristina Masiach extendió su alcance, y la definió como un síndrome de agotamiento físico y emocional que pueden sufrir quienes que se dedican a cuidar personas de forma continuada y durante largos periodos de tiempo.
Síntomas del Síndrome del Cuidador Agotado
Si estás sobrecargado como cuidador, es probable que puedas estar atravesando por alguno o varios de estos síntomas.
- Cansancio permanente, que no se quita, aunque se duerma durante varias horas.
- Trastornos en el sueño, que van desde insomnio, noctambulismo hasta pesadillas.
- Aislamiento social, debido a dejar de ver amigos, hacer actividades o salir de casa.
- Desinterés por nuevas experiencias o de conocer gente nueva.
- Disminución de la libido o falta de interés sexual
- Alejamiento de la pareja o imposibilidad de formar un vínculo afectivo duradero.
- Resentimiento de la felicidad ajena, por no tener la libertad de tener vida social propia.
- Abandono de la imagen personal, debido a la disminución de autoestima.
- Abandono de aficiones, ya no existe tiempo para hacer otra cosa que cuidar del familiar.
- Dolores físicos, sin tener, en apariencia, ningún problema de salud.
- Tristeza y desesperanza, debido a todo lo mencionado anteriormente.
- Consumo de medicamentos para la ansiedad o la depresión.
- Nivel de estrés y ansiedad elevados que empeoran ciertos síntomas mencionados anteriormente.
- Irritabilidad creciente y sensación de desesperación por sentirnos atrapados, o con la carga de la vida de otra persona a cuestas.
¿Cómo prevenir el síndrome del cuidador?
Es importante detectar los primeros síntomas de este síndrome.
Entender que la sobrecarga no es buena
Nuestras intenciones con nuestro ser querido son positivas y son un acto de amor. Si nos hemos comprometido con su cuidado es porque realmente estamos dispuestos a hacerlo.
Sin embargo, tenemos que entender que no podemos cargar con la vida de otra persona al 100% además de la nuestra, no es físicamente posible. Por lo que, debemos encontrar un punto de equilibrio para poder atender las necesidades de nuestro pariente sin abandonar nuestra salud.
Pedir ayuda a la familia
Es importante conocer nuestros límites, respetar nuestra integridad física y mental y saber cuándo pedir ayuda. La idea es poder comenzar a delegar algunas obligaciones y alivianar una carga muy pesada.
Podemos hablar con otros miembros de la familia, explicarles que la situación nos está desbordando y hallar juntos una solución, como, por ejemplo, asistencia profesional domiciliaria o el ingreso a una residencia.
Intentar que nuestra vida no gire absolutamente en torno a la persona que cuidamos
Buscar espacios para uno mismo es una tarea difícil, pero no imposible. Si bien debemos estar presentes con la persona que cuidamos, también debemos hacer un espacio para nuestra vida personal, como tener actividades recreativas y descansar.
Cuidarnos para poder cuidar
Descansar y darnos pequeños gustos es parte de cuidarnos a nosotros mismos. Si no estamos bien, no podremos ocuparnos de nadie más. Hay productos que pueden ayudarnos a relajarnos en casa. Pero también, existen artículos para nuestros familiares que podrían hacernos la tarea del cuidado más liviana.
Fomentar la autonomía del paciente
En la medida de que el paciente pueda, tenga energía y esté en un ambiente seguro y libre de accidentes, se debe fomentar que pueda realizar actividades por sus propios medios para que pueda adquirir independencia y seguridad.
Tener expectativas realistas respecto a la salud de nuestro familiar
No se trata de ser pesimista, sino todo lo contrario, de tomar el presente con optimismo y darle a nuestro ser querido un tiempo de calidad y bienestar.
En muchas ocasiones, la situación de un adulto mayor será degenerativa y progresiva, esto quiere decir que su situación no mejorará, aún con los mejores cuidados.
De todos modos, haremos todo lo posible para que esté en la mejor condición posible hasta su último día. Por ello, intenta darle en vida mucho cariño y comprensión, así como también cuidado y dignidad.
¿Qué te han parecido estos consejos? ¿Consideras que podrías mejorar tu condición de estrés e irritabilidad tomando en cuenta y reflexionando sobre alguno de estos puntos?
Recuerda que tu salud, recreación y descanso serán los tres pilares fundamentales para poder rendir como cuidador, pero también para ser una persona emocionalmente estable y con energías para afrontar cualquier desafío.
¡Mucha suerte! Desde Theramart te enviamos los mejores deseos.
Yo cuido a mi madre desde hace 8 años,decidí dejar mi vida en otro país,por venir a cuidarla, mi padre habia muerto 8 meces atrás, ese mismo dia le dio un infarto a mi madre ,ella no pudo asistir a nada ,.así que no vivio duelo.callo en jna anciedad y su estado mental comenzo a deteriorarse.
Ahora tiene Parkinson, Ansaimer, Epoc Cardiomegalia .a sido muy difícil pero nunca la dejaría en un lugar, prefiero seguir hasta que Dios decida otra cosa .Gracias por el articuo, es muy interesante .
Gracias por estas publicaciones, me dan fortaleza y esperanza.
Suena lógico y factible. No obstante, yo ya estoy en la condición de cuidador quemado. Gaste todos nuestros ahorros en “casas de reposo” (que aquí en CDMX) no son supervisadas y nuestra experiencia fue de lo peor, mi madre en diferentes casas casi muere un par de veces si no la saco y llevo a urgencias donde quedó internada.
Claramente mis hermanos me han dicho q no la atenderán (familia disfuncional) alguna q otra vez me han aportado algo económico, pero es incierto.
Aquí a nivel institucional no admiten a personas como mi madre sólo q sea gente en condición de calle.
Así, q no se como salir de la condición de cuidador quemado. Pensé q había salido hace un par de años, pero caí nuevamente ante el progreso de la demencia…
Gracias. Esto es algo terapeutico, pues siento enorme la responsabilidad e incluso acá en caso de defunción se trata como homicidio salvo la autopsia.
Acotar nada más q el trabajo q realiza alguien q cuida a los demás es una labor muy noble y loable aunque no sea valorada. Es más creo q es pa aquellas personas q son ángeles aquí en la tierra. Bendiciones.
Me parece muy educativo y util para las personas cuidadoras. Felicitaciones